Revisando los libros que acondicionan al bailarín, encuentro unas conclusiones interesantes, que comparto en esta entrada:
Cada barra y centro tiene o debe tener un objetivo definido. En la barra se trabaja para la organización del cuerpo. En las clases técnicas se trabaja el desarrollo de la fuerza muscular para controlar y proteger las articulaciones. Comprendiendo las acciones de los grupos musculares, que crean las diferentes posiciones de la danza, ayuda a entender los músculos que permiten la extensión de la articulación, la contracción en su rango de movimiento o amplitud de movimiento. Evitar trabajar en exceso los músculos equivocados y provocando sobrecargas y posibles lesiones.
Con el conocimiento de la anatomía de la danza ayudamos a los estudiantes de danza a mejorar la técnica. De manera, que descubriendo qué músculos se contraen para crear la acción, mejorará los movimientos y la línea de éstos.
Para progresar como bailarín, es necesario organizarse y ser preciso en la apariencia global de los movimientos. El cuerpo tiene que tener una dirección definido dentro del buen uso del espacio. Conseguir movimientos limpios, rítmicos y musicales. Transmitiendo en cada ejecución de los movimientos potencia, líneas limpias y precisión musical.
Sin dejar de lado la belleza y la forma artística de la danza, emplear esta bases en los ejercicios, clases, ensayos y coreografías; para corregir y comprender la mecánica de los movimientos corporales. Beneficio y continuo perfeccionamiento del físico y mejora técnica.
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